+39 06 684919 pax@ofm.org

El tiempo de Cuaresma anima tanto a los franciscanos como a los cristianos y a las personas de buena voluntad a abordar los problemas de la sociedad y abogar por un cambio positivo.

A partir del Miércoles de Ceniza empieza la reflexión, oración, ayuno, arrepentimiento y caridad. La Cuaresma nos recuerda nuestra naturaleza mortal y nos anima a alejarnos del pecado, alabar a Dios, orar, renunciar al mundo, amar la pobreza, confiar en la providencia de Dios y servir a los demás. Nuestro estado de ánimo espiritual durante la Cuaresma es compartir los problemas que afectan a nuestra sociedad y abogar por un cambio positivo.

La Conferencia de Obispos Católicos de Kenia llama a todos los cristianos y personas de buena voluntad a unirse a ellos para abordar estos problemas y abogar por el cambio. Al unirnos a este caminar, nuestras pequeñas voces se vuelven mucho más fuertes y la acción de cada individual se multiplica.

Con esto en mente, me gustaría invitarnos a todos a reflexionar en preparación para las dos importantes celebraciones jubilares: el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si’ y los 800 años del Cántico de la Creación.

Mientras nos preparamos para la Pascua, estamos comprometidos con la transformación espiritual. Uno de los valores con los que nos comprometemos es la “conversión ecológica”, es decir, una transformación continua de nuestros corazones hacia un mayor amor hacia nuestro Creador y la creación. Nos tomamos el tiempo para escuchar el mensaje de Dios en la creación “con asombro y maravilla” (LS 11).

Reflexionamos sobre nuestras palabras y acciones, reconocemos con humildad nuestras carencias y practicamos nuevas formas de vivir de forma sencilla y solidaria con la creación.

Cuidarnos los unos a los otros. Cultivamos una “cultura del cuidado” (LS 231) de los demás, de nosotros mismos y de todos los seres vivos que comparten nuestra casa común. Honramos los dones y las limitaciones de cada uno. Celebramos nuestras relaciones.

Ser proféticos

Prestamos atención al “grito de la tierra y al grito de los pobres” (LS 49) instando a acciones ambiciosas por la justicia ecológica y climática. Actuamos en solidaridad con las comunidades que soportan el peso injusto de la crisis ecológica, incluidas las generaciones futuras.

Desafiamos estratégicamente las estructuras de pecado y llamamos a un «cambio radical» (LS 171), estando abiertos al diálogo. Nuestra obra profética es siempre no partidista y no violenta.

Les deseo una muy feliz Pascua 2024. Que el Señor resucitado sea de bendición para todos y cada uno de ustedes.

Mary Wangari Sebastian, LSSJ

Comité de Animación JPIC