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El 29 de julio, la Red Interreligiosa Clima y Ecología (ICE Network – por sus siglas en inglés) celebró el foro «Felicidad Nacional Bruta (FNB): Promoción del Desarrollo de Base». El discurso principal fue pronunciado por Lhundup Dukpa, de Bután, con las intervenciones de los invitados Wallapa Van Willenswaard, Tailandia, y Fr. Aloysio Kim de la Orden de Hermanos Menores.

Lhundup Dukpa, que introdujo la FNB en su discurso de apertura, es un educador que desarrolla programas educativos en el Ministerio de Educación de Bután y fundador de un movimiento de base llamado «Bhutan Soul Farmers» (Almas campesinas de Bután). Dukpa habló del cómo se puede afrontar el cambio climático con la FNB. El concepto de FNB fue creado por el IV Rey de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, que subió al trono en 1972, y posteriormente se introdujo como filosofía de administración estatal. A diferencia del PIB, que sólo evalúa el crecimiento económico, la FNB mide la felicidad de la gente, el bienestar y el crecimiento económico de forma holística. En su discurso hizo hincapié en que lo material y lo espiritual deben desarrollarse de forma equilibrada. La Felicidad Nacional Bruta (FNB) se fundamenta en 4 pilares: desarrollo económico sostenible y equitativo, preservación de la cultura, protección del medio ambiente y buen gobierno.

Fr. Aloysio Kim, orador invitado, al explicar la historia del rápido crecimiento económico de Corea, resaltó que la sociedad coreana sigue en una ideología orientada al crecimiento. En particular, la desaparición de la filosofía y los valores espirituales provoca numerosos problemas sociales como la desigualdad, el aumento de la tasa de suicidios y la destrucción del medio ambiente. Como modelo para superar esto, presentó un ejemplo de «Energy Zero Architecture Hermit» de la OFM en Corea fundado en el 2013.

Toda la energía en el ermitorio se crea y consume por sí misma, utilizando un sistema de almacenamiento de energía (ESS) en lugar de utilizar electricidad externa. La electricidad producida por la generación de energía solar se almacena en baterías para uso posterior. Explicó que la temperatura en el interior del ermitorio es de 18 a 20 grados, y que no hay otros sistemas de calefacción. Además, en el edificio el aire circula a través de un sistema de ventilación con recuperación de energía para minimizar la pérdida de calor sin un consumo de energía significativo y mantener así una temperatura adecuada al interior. En el eremitorio se utiliza agua del valle y servicios de higiene ecológicos, y con las hojas hacen una composta. La vida sencilla, austera y moderada del ermitorio será un símbolo del caminar a través un mundo sostenible en esta época de crisis climática.

Fr. Aloysio Kim, OFM
Animador JPIC
Provincia de los Santos Mártires de Corea