Se hace evidente que en todo este proceso no se ha querido, intencionalmente, escuchar a las víctimas, ni mucho menos, han retomado la propuesta de ley realizada por las organizaciones defensoras de DDHH, la cual propone una ley de la reconciliación, que incluye: verdad, justicia, resarcir los daños y seguridad de no repetición.
En mayo del 2019, el grupo de organizaciones representantes de las víctimas de la guerra civil volvió a presentar una propuesta de ley, que fue desestimada por la comisión de la asamblea de la República, encargada de hacer una propuesta de ley de “reconciliación”, que sería presentada al poder legislativo. Luego, en diciembre del 2019, “la Mesa contra la Impunidad en El Salvador, el Grupo Gestor por una Ley Integral de Reparaciones y la Comisión de Trabajo Pro – Memoria Histórica”, hicieron un comunicado, alertando que la comisión del poder legislativo buscaba hacer un proceso “rápido” en la elaboración de la ley y, lo que es peor aun, sin escuchar e incluir la verdad de las víctimas. Lo que nos preocupa es que esta comisión busque dictar una ley de “impunidad” y no de “reconciliación” desde las víctimas. En ese momento nos preocupaba que, en enero del 2020, se buscara en la Asamblea Legislativa, aprobar dicha ley de “impunidad”.
El equipo de JPIC franciscano, ha estado acompañando a las organizaciones defensoras de Derechos Humanos; en estos días, estamos atentos a que no se apruebe de forma precipitada, antes del 28 de febrero del 2020, una ley que favorezca a los victimarios, con la excusa que el plazo dado por la Sala de lo Constitucional a la Asamblea Legislativa está por finalizar.
En esta lucha por la verdad y la justicia, la comisión de JPIC está unida al clamor de una ley desde las víctimas, que propicie caminos de paz, donde no se busque la venganza, sino que la verdad, la reconciliación y la justicia plasmadas en una ley, nos permitan reconstruir esta sociedad, desde el cuidado y defensa de los más frágiles y afectados por el mismo sistema político, económico y militar del país. Además, mantener viva la memoria histórica desde las víctimas, contribuye a que la verdad sea conocida por las nuevas generaciones.