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El proyecto evangelizando por la paz se realizó con el apoyo de la oficina de la Curia General Franciscana para promover los valores JPIC en instituciones educativas con carisma franciscano de la ciudad de Cochabamba. Participaron 800 niños entre los 9 y 13 años de edad, de la Fundación Nueva Luz, la Fundación Hilando Sueños, la Unidad Educativa Niño de Belén, la Unidad Educativa CESFA y la Unidad Educativa Santa Clara. El propósito fue formar pequeños gestores de paz que, inspirados por los principios evangélicos de la justicia, la paz y la integridad de la creación; reflexionarán sobre ellos y los aplicaran a situaciones cotidianas y prácticas.

La estrategia educativa para el acercamiento a los niños fue la creación, escritura, escenificación y presentación de una obra de títeres en la que cada grupo de estudiantes representaba una situación problemática de su realidad concreta y proponía soluciones basadas en la cultura de la paz y la resolución pacífica de conflictos. Las obras creadas participaron en un festival de títeres que se celebró en el teatro “Adela Zamudio” y al que asistieron unas 900 personas.

El desarrollo del proyecto pasó por tres fases.

La primera fue la socialización de la propuesta con las unidades educativas participantes, la elaboración de un calendario de actividades y la producción de los materiales: un teatrín móvil, cinco marionetas, la escritura de la obra de títeres “el zorro Antonio”, la selección de dinámicas que introdujeran el tema y la selección de tres videos infantiles en los que se difundía la cultura de paz y la resolución pacífica de los conflictos.

En la segunda fase se facilitaron dos talleres a los estudiantes de 4, 5 y 6 de primaria en cada unidad educativa. En el primero se socializaron las claves de la cultura de paz y la resolución pacífica de conflictos. La estructura del taller era la proyección de un video infantil donde se proponía una situación conflictiva y se resolvía la misma de una forma pacífica. Luego se exponía, de modo dialógico, la temática y se cerraba con un trabajo en grupo, donde los estudiantes imaginaban una situación conflictiva y proponían una solución pacífica. El proceso creativo partía del modelado con plastilina de los personajes y situaciones imaginados por los estudiantes, y concluía con la escritura de la historia.

En el segundo taller se escenificaba la obra “el zorro Antonio”, quien se creía muy listo y trataba de timar a los demás en su propio beneficio, con tan mala suerte que siempre resultaba lastimado. A la postre la serie de fracasos le enseña que la mejor manera de revertir la situación es tratar a los demás con delicadeza y buscar la manera de que todos resulten beneficiados de la situación. Por último, se socializaban en plenaria las historias escritas por los diferentes grupos en el taller anterior y, con la ayuda de una experta en títeres, iniciaban el montaje escénico de sus historias.

El apoyo para el montaje escénico continúo hasta que los estudiantes estuvieron satisfechos con su obra. En cada institución se presentaron las obras desarrolladas por todos los estudiantes, seguidas de un conversatorio donde reflexionaron sobre las problemáticas planteadas y la forma de resolverlas. Los temas más destacados dentro de las obras fueron: la empatía, el respeto, la humildad, el compañerismo, el diálogo y la solidaridad.

Las obras elegidas por cada institución para representarlas en el festival fueron retocadas con la ayuda de la experta en títeres y publicadas en el teatro, delante de público de todas las edades que valoraron el esfuerzo de los niños y el mensaje transmitido.

La secretaria de cultura de la ciudad, Lic. Roxana Neri, expresó: “gracias al Movimiento Franciscano JPIC por propiciar estos espacios de reflexión a través de las artes escénicas. Estas obras son un buen complemento del trabajo realizado por ustedes mismos el año pasado con el nivel secundario, cuando por medio del festival de teatro se logró que la ciudadanía cochabambina pensara sobre el feminicidio y la violencia contra la mujer. Las obras que hoy nos presentaron los niños de primaria, muestran la importancia de la tolerancia, el amor y el diálogo para resolver nuestras diferencias como sociedad”.

La Hna. Antonia Barrillero, Directora de la Fundación Nueva Luz, destacó: “este tipo de actividades sirve para que haya más integración social. En el festival han participado niños de zonas periféricas, que se siente muy valorados al poder venir al teatro más importante de la ciudad a presentarse. Eso ya es cultura de paz, de integración. Y los mensajes de la obras muy bonitos: el respeto, el diálogo… la paciencia. Todo eso sirve para mejorar la convivencia.”

El festival fue un espacio de encuentro, lúdico y educativo. Los asistentes rieron y reflexionaron con la obra de mimos (presentada por un grupo profesional) y con las obras puestas en escena por los niños: historias sencillas, cortas…, buenos cuentos como diría Hemingway que con su brevedad y contundencia estremecieron las entrañas de los espectadores y les suscitaron preguntas sobre la forma en que se resuelven las dificultades cotidianas.

La semilla está sembrada, ahora se requiere que todos los partícipes del proyecto la cultivemos para que ofrezca abundantes frutos: recogiendo el mensaje, actualizando constantemente y poniendo en práctica los valores que los niños nos ofrecieron para vivir en paz: amor, diálogo, empatía, humildad…

Manuela Isabel Urbina Ramirez,
Secretaria Ejecutiva
Movimiento JPIC – Bolivia