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Fray Andrea Dovio, sacerdote de 44 años que sirve como Secretario del Ministro Provincial en la Porciúncula, Asís, un día hizo una petición extraordinaria a su superior. Pidió poder ir a servir en la lucha contra el nuevo Coronavirus en el centro de la epidemia en el extremo norte de Italia. Había ingresado entre los Hermanos Menores en la Umbría a la edad de 32 años pero antes había trabajado como médico en el hospital de San Luigi en Orbassano como especialista en medicina interna. Su Provincial, Fr. Claudio Durighetto, reflexionó profundamente el asunto. Concluyó que si bien como religiosos nuestra principal tarea en esta emergencia es una respuesta por la vía de la oración y el ofrecimiento de nuestra vida consagrada al Señor, también incluye el deber de la caridad y que fray Andrea con sus capacidades podría prestar una importante y significativa ayuda en estas circunstancias. Fr. Andrea no perdió tiempo. Gracias a la intercesión del Obispo de Tortona, Mons. Vittorio Viola (hermano originalmente perteneciente a la Provincia de la Umbría) fue aceptado por Giuseppe Guerra, Comisario del hospital el 3 de abril de 2020. Después de un rápido curso sobre el uso del equipo de protección comenzó su trabajo en el departamento del 2° piso ayudando en la atención de más de 20 pacientes que estaban en la fase de recuperación habiendo pasado del estado crítico a la etapa en que ya no necesitan oxígeno. Trabajó con otro voluntario cada día, 38 horas semanales prolongables en caso de necesidad. Ha vivido en un pequeño apartamento independiente en el seminario local proporcionado a él por el Obispo, donde ha podido vivir solo y evitar así una peligrosa interacción con otros.

Fr. Andrea fue entrevistado acerca de su razón para estar en Tortona por un periódico local, Il Popolo Tortona. Él respondió:

“Yo estoy aquí por el amor de Jesucristo; de sus palabras y sus obras brota el impulso a servir. En esta ocasión de la pandemia, como todos mis hermanos yo sentí la necesidad de repensar mis actividades para ayudar  los necesitados…  era muy fuerte el llamamiento a poner mi experiencia médica para ayudar a los que estaban enfermos”.

Él manifestó su temor de adquirir la enfermedad, las dudas sobre ir a un área de experiencia, infecciones, que no era la suya propia, y además la incertidumbre de ir a una situación y ambiente  que le eran desconocidos, pero él está contento de haber respondido al llamamiento. Tiene claro que allí es médico, y no invade el campo de la asistencia proporcionada por el capellán del hospital. Él sigue la regla de San Francisco, sometido a todas las criaturas por el amor a Dios y confiesa que es cristiano. Los pacientes saben que él es hermano religioso y él habla gustoso de ello, pero eso basta.

Está agradecido con el Ministro Provincial por su decisión de permitirle  servir de esta manera y manifiesta su agradecimiento a sus colegas profesionales en el hospital que lo acogieron tan generosa y cordialmente y que a diario dan ejemplo de profesionalismo y dedicación.

 

Hno. Eunan McMullan, OFM
Animador JPIC
Provincia de San Francisco de Asís – Asís