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Palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado (Perú), con las cuales se inicia el camino sinodal:

“Y he querido venir a visitarlos y escucharlos, para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierray defensa de las culturas”.

Papa Francisco

El Papa denunció en Puerto Maldonado amenazas y agresiones contra la vida y el territorio:

  •  “por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales
  • la perversión de ciertas políticas que promueven la «conservación» de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano; movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles
  • devastación de la vida que viene (…) con esta contaminación ambiental propiciada por la minería ilegal
  • la trata de personas: la mano de obra esclava o el abuso sexual. “No nos hagamos los distraídos. Hay mucha complicidad”

El Sínodo para la Amazonía nos está llevando a una reflexión en torno a las problemáticas que este momento está representando para la vida de la Iglesia. Se han producido muchos encuentros alrededor de esta temática, lo que muestra que, más allá de posibles documentos y documentaciones que diagnostican esta rica región, el Sínodo está provocando nuevos caminos, nuevos modelos de evangelización, de enfrentar los desafíos de la misión, especialmente en la región amazónica. 

En este sentido, vamos caminando como “Proyecto Amazonia” hacia EL COMO materializar los propósitos definidos por el Capitulo General del año 2009 (mandato No. 24). Por lo general se tiene claro que es lo que se quiere, pero a la hora de concretarlo viene la dificultad que tiene que ver en encontrar las mediaciones más acertadas que nos permitan gradual y progresivamente apuntar a los objetivos.

Dos ejes nos orientan el camino como Fraternidad inserta en esta parte de la amazonia triple frontera (Perú – Colombia – Brasil) que se entrelazan y que responden al querer de quienes estamos aquí: “misión e Iglesia con rostro amazónico” (construir una Iglesia laical amazónica que viva y celebre los valores ancestrales como expresión del Reino de Dios) y queremos ser una fraternidad de hermanos menores que en un proceso de interculturalidad logremos un mayor compromiso por la defensa de la vida, la Justicia y la Paz en el cuidado del débil amazónico mediante la práctica de una ecología integral.

Así que, vamos encontrando en el tema de Derechos Humanos (DDHH) una mediación que nos permite EL COMO concretizar los ejes que nos orientan la misión. Aun así, esta herramienta es muy amplia y compleja y por ello acudimos a privilegiar primeramente en este sentido la ESCUCHA de los gritos de esta amazonia en los hermanos indígenas y ribereños y en la creación que con lo que acontece en la región nos ponen alerta frente al papel que debemos desempeñar hoy aquí en esta realidad. Un papel que no lo podemos hacer en solitario sino en relación y articulación EN RED con otras expresiones sociales y eclesiales con quienes nos encontramos y vamos tejiendo lo posible.

Al hablar concretamente del Sínodo para la Amazonía, cuyo objetivo esencial, es la realidad humana, eclesial, ambiental de la gran Amazonía; es tocar las cuerdas más finas de la Espiritualidad Franciscana; su gente, su forma de vida, su cultura, religiosidad, usos y costumbres, ecosistemas, desafíos, amenazas, explotación. Todo esto mueve nuestro ser franciscano como un acontecimiento eclesial. Es hablar de una realidad muy próxima al movimiento franciscano: “¡caminar juntos!». Afirma el franciscano que encuentra la justificación a sus palabras en el propio fundador, pues San Francisco de Asís, intuyó el «caminar juntos» como expresión de la Fraternidad Minorítica, que exige escucha, mirar en la perspectiva del otro, diálogo que aproxima la comprensión y pasos en una misma dirección, como consecuente obediencia al Espíritu, que se manifiesta en la comunidad reunida.


INVITACION ESPECIAL

A participar en este “Proyecto Amazonia” de manera estable por varios años o también temporalmente por meses, con el fin de fortalecernos en este “caminar juntos” por la defensa de la vida en todas sus formas, escuchando los gritos de la amazonia que reclama de nosotros un compromiso profético real hacia la construcción de una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena.

Fr. José de Jesús Caro P. OFM