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Durante esta pandemia, el trabajo de abogacía fue un reto. Franciscan International ha tendio la dificultad de traer socios de fuera de Europa. En ese sentido, aprovecharon la oportunidad de que Fr. Ángel Cortez, OFM, estuviera allí con ellos.

Como franciscano filipino, trabajó con ellos durante casi cuatro años antes de su misión en la oficina de Roma. Forma parte de la Delegación de Derechos Humanos de Filipinas que realiza labores de lobby en cada Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Esta vez, FI le pidió que se reuniera con algunos diplomáticos para realizar una labor de presión y leyó una declaración durante el punto número diez del orden del día del Consejo.

En la declaración se pide que, a pesar de la atención prestada por el Consejo de Derechos Humanos a la situación en Filipinas, no ha habido ningún cambio positivo sustancial sobre el terreno. FI y sus socios denunciaron la violencia estatal generalizada y cotidiana contra el pueblo filipino. Observando que los mecanismos nacionales no han mostrado un progreso significativo hacia la consecución de la justicia para las numerosas víctimas de la llamada «guerra contra las drogas», la declaración reitera el llamamiento al Consejo para que establezca una Comisión de Investigación que inicie la tan esperada investigación.

Ese mismo día, se celebró una protesta de solidaridad con Filipinas en el infame punto de referencia de la Silla Rota, frente a la bandera de las Naciones Unidas. Asistieron a ella diferentes ONG de la Iglesia de Derechos Humanos y de la sociedad civil de Europa, encabezadas por el Geneva Forum for Philippine Concerns.