En este tercer cuaderno de JPIC, nos enfocamos en la ecología integral. Es la revolución lanzada por el Papa con la encíclica Laudato Si’, y ahora, cinco años después, precisamente durante la pandemia, se vuelve cada vez más actual y urgente desencadenar nuevos procesos en el ámbito político, económico, social y pastoral de la atención. de nuestra casa común.
¡El grito de la tierra y el grito de los últimos nos provoca, nos desafía! En el Cuaderno, después de trazar el camino que desencadenó Laudato Si’, reflexionamos sobre diferentes dimensiones: social, económica, pastoral, mariológica e interreligiosa. Hay aportes de frailes, empresarios, profesores universitarios y un Imán. La ecología integral desencadena tres grandes desafíos-revoluciones, que apuntan a una conversión de la mirada sobre la realidad. Es un método de vivir en nuestra casa común de una manera nueva, de una manera maternal. Una revolución que concierne:
– Espiritualidad: nutrir una “pasión por cuidar el mundo”, una nueva visión, un modelo antropológico diferente.
– Complejidad: promover un pensamiento diferente, superando un método reduccionista que tiende a simplificar. Se trata de descubrir que la realidad está conectada y es interdependiente.
– Proximidad: desencadenando procesos de cercanía y fraternidad. La revolución fraterna comienza por acercarse a los descartados, dimensión que luego encontramos en la encíclica Fratelli Tutti.
Como franciscanos, leyendo los signos de los tiempos, necesitamos dejarnos provocar por el mundo, para ser la chispa de un nuevo rumbo de la historia, que parte del derroche, de los excluidos, que mira y se hace cargo de las injusticias, que pone al centro no el lucro, sino cuidado y belleza. Por eso decidimos elaborar Pactos Laudato Si’, a través de las pistas (que se encuentran en el apéndice), para formular un proyecto Laudato Si’. Es una propuesta que se puede activar en cualquier realidad (fraternidades, parroquias, monasterios …) para que sea levadura de cambio. ¡Ha llegado el momento, como familia franciscana, de actuar! ¡Y hacerlo en comunidad!