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Francisco ha ordenado con dos quirógrafos la apertura de un espacio de formación y sensibilización sobre los temas de la tutela de la Casa Común, en la residencia papal situada en la zona de la provincia de Roma de los Castelli Romani. El proyecto confiado al Centro de Enseñanza Superior Laudato si’

Una contribución tangible «al desarrollo de la educación ecológica», aprovechando un marco muy especial, la belleza de los jardines de Villa Barberini y de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo. En este marco evocador, el Papa ha establecido que tenga lugar el proyecto «Borgo Laudato si», dedicado a la educación y sensibilización sobre el tema de la ecología integral. Se trata, explica una nota oficial, de una iniciativa abierta «a todas las personas de buena voluntad», en la que las actividades que se pondrán en marcha en los próximos meses pretenden conjugar «economía circular y generativa y sostenibilidad medioambiental», mientras que por su parte el «Borgo Laudato si'» pretende «proponerse como signo concreto de la aplicabilidad de los principios» ilustrados por la Encíclica cuyo nombre lleva.

El desarrollo y la ejecución del proyecto han sido confiados por el Papa al Centro de Estudios Superiores Laudato si’ – «organismo científico, educativo y social, que trabaja para la formación integral», prosigue la nota-, que tendrá la tarea de traducir en obras concretas la intuición del Papa, con el compromiso, entre otras cosas, de proteger el patrimonio natural e histórico de las Villas Pontificias.

En los dos quirógrafos publicados hoy en el sitio web de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se establece el Centro de formación y se lanza el proyecto, identificando a sus responsables. En la introducción del quirógrafo que instituye el Centro se afirma que «el cuidado de la ‘casa común’ es una responsabilidad que asumimos hacia nuestro prójimo y, al mismo tiempo, una forma de reconocer la infinita belleza de Dios y contemplar el misterio del universo». Ante las numerosas señales de alarma que siguen dando los científicos de todo el mundo, es necesaria, concluye la nota, «una verdadera conversión ecológica, que se traduzca en «nuevas convicciones, nuevas actitudes y estilos de vida» mediante «una formación de las conciencias inspirada en el compartir los bienes, en el respeto de la dignidad de cada persona, en la gratuidad del trabajo y del don».

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