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El pasado 22 de enero, en la Plaza del Divino Salvador del Mundo, en San Salvador, se llevó a cabo la beatificación de cuatro mártires de la Iglesia salvadoreña: El Padre jesuita Rutilio Grande y sus compañeros mártires Nelson Rutilio Lemus y Manuel Solórzano.

Entre ellos, resalta de manera especial nuestro hermano franciscano Fray Cosme Spessotto, misionero italiano quien dio la vida por defender los derechos de Cristo y de su Iglesia[1] en el Templo de San Juan Nonualco, del departamento de la Paz. Bajo el título de mártir por la reconciliación y la paz, los frailes franciscanos de la región de El Salvador han pedido al Gobierno Provincial que el reciente beato sea el patrono de todas las oficinas jpic de la Provincia de América Central y Haití.

La petición nace de esa vivencia y ejemplaridad entorno a estos valores del carisma franciscano: la defensa de la vida y de la dignidad humana ante todas las formas de muerte y opresión, la resistencia social a partir de la no-violencia activa; la búsqueda sincera de la reconciliación entre dos bandos armados en conflicto, la solidaridad concreta con el dolor de un pueblo empobrecido y la búsqueda de la justicia hasta sus últimas consecuencias: la entrega total de la vida misma.

Es importante remarcar el contexto político-social que atraviesa nuestro país, donde se ha vendido la idea desde el oficialismo que los Acuerdos de Paz han sido un engaño de décadas. Estas expresiones nos interpelan a proclamar que nuestros mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria y la esperanza para que no renunciemos al sueño de un país reconciliado y en paz, un país como lo quiere nuestro Dios: justo, fraterno y solidario, así lo expresó el Cardenal Gregorio en su homilía de la beatificación. El delegado del Papa insistió mucho en recuperar el espíritu de los Acuerdos de Paz y la ruta que ahí se trazó.[2]

Los cuatro nuevos beatos mártires proclamados son una fuente de memoria histórica y de inspiración evangélica para toda la Familia Franciscana, incluso para muchos no creyentes de este país, para poder seguir construyendo cada día más un país justo, solidario y en paz.

Nuestro Ministro Provincial, Fray Luis Enrique Saldaña, dijo en su intervención en la ceremonia de la beatificación que San Francisco llamó verdaderos frailes menores a los primeros mártires en Marruecos, hoy El Salvador tiene un verdadero hermano menor en la persona de Fray Cosme Spessotto. Bajo su intercesión, los hermanos que peregrinan en estas tierras queremos ofrecer ser instrumento de paz para esta sociedad salvadoreña y para el mundo, pero para que se haga realidad en la sociedad salvadoreña, es necesario que en el país se haga justicia.

Asimismo, recordó que ya con la canonización de San Romero y gracias al Concilio Vaticano II hemos reconocido que existe el martirio por la defensa de los Derechos Humanos puesto que la misma fe nos ayuda a ver cada ser humano sobre este mundo tiene dignidad de ser creatura hecha por Dios, por tanto defender la dignidad del ser humano, de lo creado por Dios, es competencia de la Iglesia y de cada hijo, de cada hija de nuestro buen Dios.[3]

Bajo la intercesión de Fray Cosme, verdadero hermano menor, beato, mártir de la reconciliación y la paz y patrono del servicio de las oficinas de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, nos comprometemos a trabajar por el diálogo y concordancia con los movimientos civiles, sociales y ambientales, y rechazar toda opción violenta de conflictos, sino más bien optar por los medios de procesos pacíficos que están al alcance incluso de los más débiles.[4]

De esta manera, los hermanos que conformamos la Oficina JPIC de El Salvador nos comprometemos activamente en la defensa de los derechos de Cristo, de su Iglesia y de cada ser humano que comparte los graves clamores de nuestra Patria. Esto se actualiza concretamente para nosotros en seguir luchando por el Derecho Humano al Agua, gratuita, limpia y abundante; así como el Derecho a migrar, tanto como mejorar las condiciones de vida en este país para no migrar, el Derecho a la soberanía alimentaria para garantizar a los pueblos la seguridad alimentaria y el Derecho a las libertades cívicas y a la institucionalidad democrática en pleno vigor en nuestro país.

Que el ejemplo de los mártires de toda la Iglesia salvadoreña, beatificados y no beatificados, nos ayuden a llevar adelante tan ardua tarea de historización del reinado de Dios.

Oficina JPIC El Salvador

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[1] Testamento del Beato Cosme Spessotto

[2] “Estos son los que vienen de la gran tribulación” (Ap. 7, 14). Homilía del Cardenal Gregorio Rosa Chávez en la Misa de Beatificacipon de cuatro mártires, 22 de enero de 2022.

[3] Palabras de agradecimiento en la Ceremonia de Beatificación de Fr. Luis Enrique Saldaña, OFM. Sábado, 22 de enero del 2022.

[4] Constituciones Generales de la Orden de Frailes Menores, art. 69, 1.